Rema mar adentro

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Rema Mar a dentro

Don Vecchi

Aguinaldo nacido en el dolor. Este aguinaldo ha nacido en el sufrimiento de mi enfermedad, porque el cansancio físico hace más difícil el trabajo del pensamiento, pero esto me ha dado la oportunidad de pensar para vosotros palabra por palabra, y de agradeceros el afecto y la proximidad, la oración y la colaboración solidaria, y de pedir para todos y cada uno de vosotros toda clase de gracias, en especial la de la santidad. Hemos peregrinado con la iglesia dirigida por Juan Pablo II. Hemos hecho el camino del jubileo. Con él hemos recorrido los grandes temas de la fe y del bautismo, de la confirmación y de la esperanza, de la eucaristía y de la reconciliación, de la caridad y de la misión. Juan Pablo II nos da un “mandato”, que queremos hacer nuestro: `Rema mar adentro”, hacia el mar abierto y hacia aguas profundas.

Rema mar adentro. El mar adentro es la multiplicidad religiosa que tienen que tener en cuenta el cristianismo y la evangelización.

El diálogo, la acogida, la tolerancia, la moderación de los impulsos fundamentalistas forman parte de la educación religiosa y de la evangelización, junto al claro testimonio, a la entusiasta confesión y al eficaz anuncio de nuestra fe en el Señor resucitado. Pero la pluralidad religiosa dibuja un escenario distinto del de antes. Es necesario convencerse que las religiones están, ante todo, para el bien y para la libertad del hombre, y no son ciertamente un yugo de preceptos (aún cuando éstos tienen su legitimidad), y que con frecuencia, cuando las religiones se proponen asumir la fe de cada uno y dar a ella una forma socio-cultural, pueden convertirse en instrumentos de poder y de dominación a través de la imposición de la verdad, del código de propios preceptos, de la ritualidad obligatoria, de la clasificación de la gente…

Problema alarmante. El mar abierto puede referirse a cuestiones y a problemas que en los últimos 50 años se han convertido en alarmantes y para los que se ha invocado una cultura. Así por ejemplo, la educación a la vida, la recuperación del sentido y la ética del amor; el ambiente y la responsabilidad de cada uno frente a él; el derroche, y la templanza pedida; la pobreza y la producción de los bienes; la deuda exterior y la justicia internacional; la solidaridad entre los pueblos a nivel de buena voluntad y de organización institucional; la custodia enérgica de los derechos de los pobres (niños, mujeres, pobres); la paz como estado y como camino para la solución de los conflictos; la concienciación, la sensibilización, la cooperación para la solución de las “grandes plagas”, como los refugiados, los prófugos, los enfermos de sida…..