carta_mision_titol

CONCLUSIÓN

38 Para gloria de la Trinidad.

38. Para gloria de la Trinidad.

Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos“.

Todos los días como creyentes, conscientes y comprometidos, renovamos en la Eucaristía la fe en las obras del Señor y le presentamos a Él nuestra alabanza.

La Familia Salesiana confirma de nuevo la consciencia de vivir y trabajar en la Iglesia, dando su modesta pero original aportación, para que “sea santificado su Nombre, venga su Reino y se haga su Voluntad“.

La preparación espiritual al tercer milenio, querida y guiada por la Iglesia, ha indicado a todos los cristianos la verdadera vida: la que nace del Padre, se manifiesta en el Hijo y es apoyada por el Espíritu.

Retornar a la raíz trinitaria es comprender la urgencia de la comunión y de la misión apostólica, para ensanchar el círculo de la filiación y de la fraternidad.

Creemos en el amor de Dios, por ello amamos difundirlo.

Roma, 25 de noviembre de 2000.