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Capítulo 1: LA FAMILIA SALESIANA EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA

1 La Iglesia para una nueva evangelización
2 La acción del Espíritu de Dios
3 Los Grupos de la Familia Salesiana comprometidos en la misión eclesial
4 La dimensión del compromiso apostólico de la Familia de Don Bosco
5 Una misión particularmente adaptada a los seglares
6 El Sistema Preventivo

1. La Iglesia para una nueva evangelización.

La iglesia ha sido misionera desde su fundación.

Habitada por el Espíritu Santo y enriquecida por sus dones vive en el mundo para dar la vida y darla abundantemente.

La Iglesia está viviendo un momento misionero particular, denominado “nueva evangelización”.

Es una movilización de todas las fuerzas eclesiales para dar cumplimiento a la Palabra del Señor: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo“(Mt. 28, 19-20).

Los creyentes que tienen conciencia de ser parte viva de la Iglesia se ponen al servicio de la misión, ofreciendo su aportación original, según los dones recibidos.

En este vasto movimiento apostólico eclesial se coloca la Familia Salesiana.

2. La acción del Espíritu de Dios.

El Espíritu del Señor ha dato a Don Bosco una mirada penetrante del mundo juvenil, de los más necesitados, de las expectativas y de las urgencias de los jóvenes “pobres y en peligro”.

En la Iglesia y en la sociedad de Turín comenzó un vasto movimiento de personas muy pronto difundido a otras ciudades, que de diversa manera trabajan por la salvación de la juventud.

El mismo Espíritu reúne hoy en torno a un proyecto apostólico a sacerdotes y a seglares, a religiosos y a consagrados, a adultos y a jóvenes, a hombres y a mujeres, personas de diversa pertenencia social: todos ellos responsables de la realización de un sueño, iniciado en la colina de “I Becchi”, hecho experiencia en el Oratorio de Valdocco, y difundido en el mundo por la fuerza de una espiritualidad original, inspirada en San Francisco de Sales.

3. Los Grupos de la Familia Salesiana comprometidos en la misión eclesial.

De la espiritualidad apostólica, típica en Don Bosco, cada Grupo de la Familia Salesiana, de forma original, asume y define el propio compromiso en la Iglesia.

Pertenecen, actualmente, a la Familia Salesiana grupos de sacerdotes, reunidos en comunidades religiosas o que trabajan en las diócesis.

Hay, también, grupos de seglares, hombres y mujeres, que pertenecen a asociaciones seglares, y también hay institutos de asociaciones seculares, oficialmente reconocidos por la Iglesia y por el Rector Mayor.

Hay, finalmente, numerosos institutos de vida religiosa femenina, nacidos para responder a nuevas urgencias de la misión eclesial, en diferentes lugares y circunstancias.

Cada una de las personas y los diversos grupos que se ponen dócilmente a la escucha y a la búsqueda de Dios, reciben la luz y la fuerza necesaria para cumplir la propia vocación en el mundo y en la Iglesia.

El Espíritu de Dios difunde en el mundo sus dones de forma original y diversificada.

Todos los carismas se adaptan a las situaciones humanas e históricas, en vistas del desarrollo del Reino de Dios.

4. Las dimensiones del compromiso apostólico de la Familia de Don Bosco.

La Familia Salesiana reafirma, en el contexto del mundo contemporáneo, la fidelidad a la riqueza profética de Don Bosco, como respuesta de fidelidad al plan de Dios.

Los ambientes en los cuales interviene son tres:

  • la promoción humana
  • la educación,
  • la evangelización

Dirigiéndose, de manera especial a los jóvenes pobres y a la gente sencilla del pueblo, los miembros de la Familia Salesiana trabajan, ante todo, por crear las condiciones favorables para un crecimiento digno de las personas.


Nacen así muchas actividades de inserción en las situaciones de pobreza.

Para las iniciativas de promoción, la presencia de los seglares es particularmente necesaria.

Fuerza eficaz e indispensable para un proceso de crecimiento, es la educación tanto de los jóvenes, como de los adultos.

Existen muchas obras de educación formal, en la Familia Salesiana.

Asimismo, existen también muchas de educación no formal.

La colaboración entre los diversos Grupos de la Familia, dentro del ámbito de la educación, es esencial y significativa.

La evangelización directa compromete a muchos Grupos: tanto insertados en las Iglesias locales y por tanto partícipes de los proyectos en las diócesis, como dando vida a programas concretos y particulares, para responder a exigencias de categorías de personas y a problemas cotidianos.

La presencia de Grupos con una clara identidad cristiana produce evangelización también en contextos donde la evangelización directa no es fácil o no está permitida.

5. Una misión particularmente adaptada a los seglares.

La amplitud del compromiso apostólico señalado por Don Bosco a sus colaboradores lleva consigo la exigencia de multiplicar los recursos humanos y las fuerzas disponibles.

Don Bosco recurrirá a la ayuda y al apoyo de los seglares y de las seglares, además de los eclesiásticos y religiosos.

Son numerosos los educadores y las educadoras, los trabajadores sociales, los catequistas y las catequistas, los profesionales adultos, los políticos simpatizantes de las iniciativas salesianas, los jóvenes con talentos de animación, que encuentran en las obras de Don Bosco la posibilidad concreta de expresar profesionalidades, carismas y profecías.

Se asiste a una verdadera movilización del laicado, incluso sin ser creyente practicante, en las actividades salesianas, en ciertas circunstancias, más por exigencia de emplear brazos colaboradores que por opción ideal o teológica.

De esta forma comienza un vasto movimiento de personas que se organizan, se coordinan y comparten un proyecto para la salvación de la juventud y del pueblo.

El Movimiento es más amplio de cuanto se define como Familia Salesiana; ésta es responsable de las relaciones de todos los Grupos que forman parte del Movimiento.

6. El Sistema Preventivo.

Don Bosco vivió el don de ser Fundador de una Familia Espiritual, iniciando algunos Grupos como expresión concreta de su sueño de salvación por todos.

Nos ha dejado en herencia la riqueza del Sistema Preventivo.

Representa, en la experiencia de la Familia Salesiana:

  • la modalidad del compromiso de promoción humana,
  • la opción de contenidos de la intervención educativa y apostólica,
  • la espiritualidad apostólica de la acción, inspirándose en San Francisco de Sales.